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viernes, 8 de febrero de 2019

AUTONOMÍA UNIVERSITARIA NO ES SINÓNIMO DE EXTRA-TERRITORIALIDAD



La autonomía universitaria, entendida como el derecho o la libertad que tiene para organizarse, administrarse, y funcionar de manera libre, no debe considerarse de manera irresponsable o confundirse con extraterritorialidad.


Foto: María Esther González


Febrero 26, de 2019

Por María Esther González Ayala. - La autonomía universitaria, entendida como el derecho o la libertad que tiene para organizarse, administrarse, y funcionar de manera libre; no debe considerarse de manera irresponsable o confundirse con extraterritorialidad.

La extraterritorialidad, de acuerdo al diccionario jurídico mexicano 15a. edición, del Instituto de investigaciones jurídicas, Porrúa, 2001, dice, que dicho término es empleado para significar que las personas, los bienes, objetos o actos a los cuales se aplica el mismo, escapan en la medida que establezca el derecho internacional de la aplicación de las leyes.
El alcance del derecho de acceso a la información pública, documentada en la reforma constitucional de 1977; de la ley Federal respectiva de 2002 y su adición al artículo sexto constitucional de 2007, ninguna de estas leyes contraviene con la autonomía responsable y se encuentra en armonía con los derechos constitucionales como son: la jurisprudencia y el derecho internacional de los derechos humanos.
En el caso de la Universidad Autónoma Metropolitana y de acuerdo con su Ley Orgánica, numeral, artículo uno, ésta, se crea como un organismo descentralizado, lo que tampoco indica, que pueda escapar de normas de carácter más formal.
La validez normativa que tienen las universidades públicas se observa a través de la formación de los sujetos autónomos, contemplada desde objetivos primordiales en la misión y visión universitarias.
Así mismo, debe reconocerse que no existe institución ideal en el campo de la educación superior; no obstante, el supuesto de universidad pública, como proyecto de formación dominante en sus fines más simples o de sentido común: propone y promueve la creación de sujetos racionales con filiación e interiorización ética y de valores, lo que implica credibilidad no sólo en los egresados, sino de la misma institución educativa.
Ahora bien, la posibilidad de crear una hegemonía de identidad universitaria, en la educación pública, a partir del ejercicio de la rendición de cuentas, es la única herramienta que favorece a la democracia en el país, o ¿A caso, ya no existe la soberanía estatal?
Actualmente el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM), lleva 25 días en huelga, sin que, en su sexta reunión negociadora, se formalice o se pacte acuerdo alguno.
El debate sobre los salarios elevados de los funcionarios de esa casa de estudios se ha ventilado públicamente, así como, el manejo discrecional del presupuesto otorgado por el gobierno federal.
Y ante la exigencia reiterada por los portavoces de los trabajadores, exclamada en opinión de varios oradores en mesas de negociación, con denuncias sobre abuso de auto asignaciones presupuestales, los sindicalizados también cuestionan a la burocracia que gobierna la institución, porque absorben 2, 500 millones de pesos, aproximadamente un tercio del presupuesto asignado a la UAM.
A pesar de que, en otras ocasiones huelguísticas, este sindicato, ha intentado evidenciar que existe consentimiento federal para que el presupuesto se maneje de manera discrecional; hoy nuevamente, luego de once años, las reformas políticas, sociales y educativas internas, que pueden dar legitimidad institucional, a esta universidad, se ven desdibujadas, por la incompetencia directiva.
En entrevista realizada a un trabajador, quien pidió el anonimato, durante la marcha del Ángel de la Independencia, hacia la Secretaría de Educación Pública, realizada el día 8 de febrero, mencionó que una forma de evidenciar la falta de claridad en la utilización de recursos es simplemente con la observación en la excesiva contratación de trabajadores irregulares, quienes realizan funciones de trabajadores de base, de tal manera, que existe una duplicidad de funciones, netamente anticonstitucional.
Por otra parte, los trabajadores, exigen una definición de salarios, porque los pagos de sobre sueldo, que reciben trabajadores “irregulares o de confianza” son privilegios discriminatorios que deben observarse, ya que los sindicalizados “ni imaginando ganarían lo que gana un trabajador de confianza o irregular, haciendo las mismas funciones”

domingo, 12 de marzo de 2017

CARTOGRAFÍAS DEL HORROR: MEMORIA Y VIOLENCIA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA




Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo.

Benedetti, M. 1995, 111


Por María Esther González Ayala

México, 4 de marzo de 2017.-  El pasado 2 de marzo de este año, el Colectivo de Reflexión e investigación sobre movimientos armados, historia y memoria en América Latina de México, nos recuerda, en su tercera participación de investigación con la obra “Cartografías del horror: memoria y violencia política en América Latina”, un fenómeno cultural del que poco se ha hablado:  La violencia política en Nuestra América. 

La aportación colectiva, presenta diversa discusión teórico metodológico, de inmersión interdisciplinaria y transdiciplinaria, que rompe muros por las similitudes y diferencias de la intensidad regional sobre las masacres ocurridas en distintos países latinoamericanos, a mitad del siglo XX.

En el evento estuvieron presentes, dos de los autores de la obra, el Mtro. Rigoberto Reyes, el Mtro. Yllich Escamilla, y como ponente, invitado, el Dr. Juan Soto Ramírez, investigador en Antropología Social de la UAM, quien tradujo la obra a manera de una apología del dolor, un ejercicio sistemático y una estrategia en contra del cuerpo, que da como resultado, la impotencia por parte de las víctimas, o el cinismo de aquellos quienes ejercen la fuerza. 

“Una guerra no sólo física, sino psicológica y además discursiva, dijo, ya que es una poética del terror por paradójico que pueda resultar el término, describe cicatrices que no significa que, aunque hayan cerrado, se hayan sanado.”

El investigador en Antropología social, arrojó dos preguntas a los estudiantes sobre: ¿En qué se convierte un movimiento armado si opta por las mismas estrategias del estado?  Y ¿Si cabría la posibilidad de una violencia legítima y otra no?, puesto que no sólo existen víctimas de la guerra de la resistencia, sino además víctimas, producto, por ejemplo, del paramilitarismo y el narcotráfico. 

En un momento de violencia, el que ejerce la fuerza no está en un estado de reciprocidad, la suposición de un contrato social en esos momentos es completamente absurdo. “Víctima y verdugo no constituyen una pareja social” (SofsKy, W. 2006, 90) Además, “un torturador no tiene nada que temer, y por tanto no necesita adoptar la perspectiva del otro.”

La cartografía no restrictiva, como lo describen los escritores, muestra la invisibilidad depredadora recordándonos: a Zygmunt Bauman (1988), que no necesariamente debemos ser prisioneros de nuestro pasado porque la historia humana no está determinada por sus etapas anteriores, no obstante, la investigación muestra que en estas dicotomías de la historia cada intersección de caminos nos puede llevar a diferentes futuros. 
 
La cultura memorialista, nos permite cuestionarnos que, si bien podemos ser sujetos con elección, tendríamos que preguntarnos ¿qué elegir? ante los actuales momentos de incertidumbre, ya que, en el marco de nuestras posibilidades legales, existen razonamientos impunes que no siempre permiten la defensa con certeza de los verdaderos principios humanos universales que en algún momento creímos inherentes al hombre.

Aquellos que gracias a la demencia cultural o en su caso a la impunidad omnipresente, se han desdibujado, salvo por esa autodeterminación de los pueblos rescatada a través de la memoria.
Preguntarse a su vez, sobre los fracasos políticos de estos movimientos, puede resultar, absurdo, sino es que hasta imprudente, puesto que llevando al extremo la reflexión de la pertinencia de la guerrilla en cualquier lugar, el valor sobre ese ejercicio, no se mide por su poder de destrucción, de desgracia o de cataclismo, sino como portadores de significados políticos, entre juegos de relaciones de poder y sujeción, que provocaron cambios efectivamente significantes.

Haciendo énfasis en su forma dicotómica de la memoria, la obra problematiza, de manera inductiva, entre memoria del elogio, memoria de denuncia, a memoria victimizante, aquella que incluso puede llegar a despolitizar la militancia, o bien aquella memoria que subsana daños en la salud, a manera de placebo, pero siempre como “una incitación poderosa para mantener la lucha contra las injusticias, el dominio y el oprobio”.

 El colectivo con ésta puesta, complementa a esta fecha, tres trabajos sugestivos, como en su momento lo fue el coloquio: Liga Comunista 23 de septiembre en sus 40 años de fundación: Memorias, archivo y balance histórico celebrado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, presentado en 2013.

 A partir de ese encuentro, el siguiente trabajo, fue la publicación de su primera obra intitulada: La “Liga Comunista 23 de septiembre.  Cuatro décadas a debate: Historia, memoria, testimonio y literatura”, ejemplar creado con la colaboración de instituciones universitarias públicas y por último la edición aquí presentada. 

Una Cartografía regional con memoria de horror, que pone en relieve discursos hegemónicos, “hagiográficos y victimo lógicos”, resultado de la experiencia de autores como Jorge Iván Puma Crespo, Víctor Martínez Osorio, Mariana López de la Vega, Allier Montaño, Rigoberto Reyes Sánchez, Yllich Escamilla Santiago, Feliciano Mejía entre otros, editado por Taller editorial Casa del Mago, en Guadalajara, Jal. México.







martes, 28 de febrero de 2017

MARCO LEGAL PARA UNA GUERRA SIN FIN





Por María Esther González Ayala.

México, 28 de febrero de 2017.- Lo malo de que algunos hicieran la guerra por nosotros es que algunos la hagan contra nosotros[1] 
En días pasados, se ha hablado de la creación de una ley de seguridad interior en nuestro país, la cual, ha sido criticada o desacreditada por organizaciones pro derechos humanos.
Algunos organismos observaron que podría ser creada en la inmediatez, provocando, una valoración no muy equitativa a la hora de decidir, entre emplear la fuerza, las armas de fuego, o bien, conciliar con su debido respeto a los derechos humanos.
Hoy la violencia tiene otra cara, no sólo cambia el dueño que la ejerce, muta para asentarse en la cobija institucional legaloide e inconstitucional, pues el congreso no tiene facultades para legislar en materia de seguridad interior, sólo lo puede hacerlo en materia de seguridad nacional y las atribuciones encomendadas a las fuerzas armadas, son funciones de la seguridad pública, (autoridades civiles) y no de las fuerzas armadas.
El régimen de control que impone un facultado con uso de armas en México a la hora de ejercer el criterio entre una verdadera delincuencia y su imaginación en un conflicto armado, no sólo amedrenta masas, sino, además las desarma y funciona como medio de control interno, sólo para reprimir.
No obstante, concentrados en el supuesto de hacer cumplir la ley, funcionarios quienes promueven ésta iniciativa, César Camacho y Martha Tamayo diputados del PRI y el senador Roberto Gil Zuarth, del PAN, convocan a una iniciativa invasiva que pone en riesgo la vida de los ciudadanos, con interpretaciones de ley letales.
Aunque bien sabemos que la violencia en México, no comienza a partir del inicio de una guerra contra el narcotráfico, en 2007, con un documento de 37 páginas (biblia para el ejército, en letras de Carlos Fazio)[2], en la cual se justificaba la salida de tropas de los cuarteles; si conocemos que la famosa ofensiva se convirtió en una de las guerras que más ha dejado resabios amargos, que van desde la incertidumbre vivencial, hasta la incredulidad gubernamental, entre otras problemáticas. 
Muy a pesar de las diversas recomendaciones realizadas por organismos como la ONU (Organización de las Naciones Unidas), quien ha hecho énfasis sobre la disminución de la participación del ejército en las actividades policiales, en estas fechas, se llevan a cabo propuestas tan violentas, como las iniciativas presentadas por los diputados arriba citados.
No olvidemos los diversos casos de acribillamiento con alteración de escenas por parte de los militares y la marina, que, entre un fuego cruzado, un efecto colateral, o en cuantiosos retenes militares han podido justificar ciertas masacres.
Un ejemplo de esto, lo podemos encontrar en sucesos como el de estudiantes asesinados por militares frente al Tecnológico de Monterrey en 2010, y el caso Tlataya, en el Estado de México, en donde el ejército llevó a cabo 22 ejecuciones extrajudiciales.
Un estudio de parametría, publicado por un portal de Ecuador en internet[3] que cuestiona los niveles de confianza hacia el ejército, en 2009, declaró que el porcentaje de ciudadanos que consideran que el ejército violentaba los derechos humanos, era más del 54% y  consideraba que los militares debían ser llevados a juicios civiles. (Islas, 2009)
Para el 23 de febrero, de este año, el mismo portal publica un titular de: “13122, en México, prefieren que el ejército cuide las calles” y menciona que, en el transcurso de unos quince años, el ejército es una de las instituciones que genera mayor confianza entre los mexicanos, aludiendo a un mayor cambio del 2010, al 2017.[4]
Ahora bien, los principios básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer cumplir la ley emitidos en el Octavo Congreso de las Naciones Unidas en agosto de 1990, contiene diversos considerados que exhiben las limitaciones en el uso de estas fuerzas, haciendo énfasis en la aplicación del código de recomendación.
Tal código, da mayor importancia a la capacitación, calificación y una conducta responsable de parte de funcionarios, penitenciarios, tomando como primer principio, las Reglas Mínimas para el tratamiento de los reclusos, mediante “armas incapacitantes, no letales, a manera de reducir el riesgo de lesiones mortales, sólo cuando otros medios sean ineficaces, o no garanticen de alguna manera el logro del resultado previsto”
Promueve otras encomiendas, cuando las armas de fuego sean inevitables, como ejercer moderación, reducir al mínimo los daños y lesiones, respetar la vida, prestación de asistencia o de servicios médicos, notificar de lo sucedido a la brevedad posible a los parientes o amigos y comunicar inmediatamente a los superiores el deceso en caso de así ocurrir.
Según principio 22, adoptado en ese mismo Congreso, se recurrirá a la adopción de medidas legislativas para el castigo del delito, cuando así se haya llevado a cabo el empleo arbitrario o abusivo de la fuerza o de armas de fuego, y la invocación circunstancial de inestabilidad política interna, o cualquier otra situación pública de emergencia justificando el quebrantamiento de estos principios,[5]
Para la ciudadanía en México, el gobierno promueve el derecho humano, pero olvida que la ley se interpreta y entre los vacíos lícitas pueden crearse deficiencias jurídicas, respaldadas por un mayor peso armamentístico.
La producción de la violencia siempre ha dado lucrosos resultados, constantemente convoca a la muerte para alimentar y crear temor, artículo redituable, a autoridad gubernamental con ganas de tener ganancias. Mediante conceptualizaciones de orden animalesco, deterioran no sólo la vida económica, sino toda clase de libertad existente de cualquier persona.
Antes de justificar una guerra, no olvidemos a niños o mayores testigos de la agresión a sus parientes o amigos ajusticiados, mutilaciones o encarcelamientos injustos, victimas (niños) separados de sus progenitores, alejados de su entorno habitual y las heridas psicológicas que pueden sufrir de por vida cualquier persona.

 Bibliografía
FAZIO, C. (2016). ESTADO DE EMERGENCIA, DE LA GUERRA DE CALDERON A LA GUERRA DE PEÑA NIETO. MÉXICO, D.F.: PENGUÍN RANDOM HOUSE.
Islas, O. (2009). 3457 México, Parametría de México, El ejército desaforado, investigación. Dirección del Centro de Altos Estudios en Internet y Sociedad de la Información. Quito, Ecuador: Razón y Palabra. Recuperado el 2009, de https://octavioislas.com/2009/09/03/3457-mexico-parametria-de-mexico-el-ejercito-desaforado-investigacion/
 Webibliografìa.

No nos detengamos: (Presionemos a nuestros legisladores , s.f.)
(Angel, 2016)
(Fierro, 2017)
(ZUARTH, s.f.)


[1] 18 aforismos sobre la guerra, http://elpais.com/diario/1991/03/10/opinion/668559601_850215.html

[2] (FAZIO, 2016)
[3] (Islas, Razón y palabra, 2009)
[4] (Islas, Razón y Palabra, 2017)
[5] Naciones Unidad, Derechos Humanos, Oficina del Alto comisionado.  PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE EL EMPLEO DE LA FUERZA Y DE ARMAS DE FUEGO POR FUNCIONARIOS ENCARGADOS DE HACER CUMPLIR LA LEY, http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/UseOfForceAndFirearms.aspx